sábado, 7 de agosto de 2010

Lágrimas de Sangre

Lágrimas de sangre,
Esas que no se ven, no se sienten, no se escuchan,
Las del dolor de una patria que muere,
Entre el destino de la indiferencia.

Mil dolores de hombres y mujeres,
Madres, padres, hermanos e hijos,
Que de tanto dolor se han perdido,
Y sin embargo, aún siguen siendo humanos.

Dolor de una patria que no es nuestra,
Que entre mil guerras se pierde,
Entre detonaciones de casquillos de muerte,
Que olvidan cualquier clase de humanismo.

Mil verdugos de la muerte que sin rostro,
Caminan esas calles que gestadas fueron,
Con rocío de la sangre de mil mártires,
Que soñaron plenamente libertad.
 Las de huellas de mil batallas libradas,
Con consignas nacidas del corazón,
Cruzando valles escabrosos sin parar,
Con tal de regalar una tierra que labrar.


Pero hoy, después de siglos de la historia,
No queda más que sufrimientos y dolor,
Mil muertos que cayeron sin sentido,
Mientras buscaban un pan para su hogar.

Y esa tierra, la misma que ganaron,
Es hoy un árido desierto de tinieblas,
Pues entre tanto dolor y sufrimiento,
Ya ni las lágrimas hacen fértiles las tierras.

Y dónde quedan esos sueños de los niños,
Los de miles entre los parajes más variados,
Si al final esta tierra que no es nuestra,
Muere a diario con terribles agonías.

Y entre tantos pesares y desventuras,
Ya no hay héroes que liberen esos sueños,
Estamos muertos, mientras esperamos a la muerte,
Hasta que cese la violencia que es hiriente.

Y si un día resurgiese un nuevo día,
Todo lleno de frescura y claridad,
Es porque ahora al igual que en otros tiempos,
Podremos gritar la libertad.

Mientras tanto, esclavos entre libres,
Soñaremos con aquel día que aciago,
Retornemos a eterna felicidad.

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