lunes, 6 de agosto de 2012

Ceguera

Yo no creo en la tierra,
ni en tus ojos color grana,
ni el los suspiros que regalas
cada mañana a mi encuentro.

Yo no creo en los sueños,
son fantasmas del desierto,
que me llevan de a poco
hacia las arenas movedizas.

Yo no creo en la nada,
ni tampoco en palabras,
ya no creo en tus ojos,
y tampoco en tu mirada.

Yo no creo en las luces,
que se colan por la ventana,
para reflejar la mañana
que se desprende de la noche.

Yo no creo en la muerte,
pero tampoco en mi vida,
ya no creo en las letras,
y tampoco en las ciencias.

Sólo creo en la nada,
que de a poco se hace algo,
y en ese algo que mira
de lejos mi mirada.

Sólo creo en propósitos,
en mañanas de funerales,
cantos de paraísos
que jamás encontraremos.

Yo no creo en mis letras,
pero aún así sigo escribiendo,
para que nunca me falte
el aire que ya no respiro.

Para que no se detenga el tiempo,
ni tampoco se queden mis pasos,
o al menos simplemente,
para tener algo con que vivir.

jueves, 2 de agosto de 2012

Sarcófago


Camino al sepulcro de mis pasos,
ese mismo que me ha abierto el despojo
de la historia que se me ha quedado
en la crónica de sueños frustrados.

Camino al sepulcro de mis pasos,
ya no hay huellas que puedan ser seguidas,
tampoco pasos que recorran
el sendero que pueda liberarme.

Camino al sepulcro de mis pasos,
a la nada que se disfraza de tragedia,
que es teatro en un tablado de mil sueños,
y fantasmas que se mecen entre el viento.

Camino al sepulcro de mis pasos,
bajo la luna que se esconde al horizonte,
entre aullidos de lobos que mordaces
desgarran las carnes de mis huesos.

Camino al sepulcro de mis pasos,
cansados, vacíos, inertes,
muertos de sus pasos y soledades,
dentro de la nada que hace a este mundo.

Camino al sepulcro de mis pasos,
al sarcófago de momias vagabundas,
atalaya del infierno de mis penas,
y de lo poco que ha matado el inframundo.

Camino al sepulcro de mis pasos,
y ya veo a la muerte que se acerca,
es amiga verdadera y contundente
que viene para hacerme justicia.