martes, 27 de agosto de 2013

Cadenas

Quitar esas cadenas que nos atan,
es como pretender crear el universo
desde una idea difusa,
para que no sea más que una entelequia.

Quitar esas cadenas que nos atan,
es como intentar poner el firmamento
como suelo firme tras nuestros pasos,
y que las estrellas del mar alumbren,
en las más profundas tinieblas.

Quitar estas cadenas,
es la más fina utopía de un filósofo,
que pretende cambiar el mundo
con tan sólo un par de ideas,
que sabe jamás serán escuchadas.

Quitar estas cadenas que condenan,
es pretender robarte un beso que no quieres,
cuando ausente a miles de kilómetros,
no me queda más que tu recuerdo.

Y es pretender que entre las arenas
de un desierto que inmenso se presenta,
se encuentre un baúl de mil tesoros,
y en el en oro puro, la dulzura de tu nombre.

Así es quitar estas cadenas que nos atan,
que alejan estas ansias de tenerte,
un imposible que de amor sé se convulsionan,
y que nadie puede reanimarlas.

Es revivir un par de amantes,
que en amor se han entregado su esperanza,
entre líneas de un libro que empolvado,
recuerda la tragedia de la vida.

Quitar estas cadenas que nos atan,
imposible resulta si no quieres,
suspirar por algo que posible
sólo se presenta en un mundo paralelo,
o en los sueños que en la mente de amante
se presentan al declinar la luz del día,
entre lunas que diversas nos figuran,
que en un instante se realiza la utopía,
de encontrar lo que siempre se ha buscado.



Falló

Falló la última palabra,
en las ganas de jamás perderte,
buscaba un amor verdadero,
y sólo espinas encontraste conmigo.

Falló estas ganas de amarte,
por el deseo de poseerlo todo,
olvidando que contigo tenia
el universo en un sólo beso.

Falló el convertirme en tu sueño,
y me volví una cruel pesadilla,
pues te dejé mil espinas grabadas,
por palabras que jamás se olvidan.

Y tú que compartiste tu vida,
entregándome todo sin reserva,
y yo reservando la mía,
por el miedo a un día perderla.

Falló el deseo de tenerte,
para curar así mi soledad,
y hoy que despierto del sueño,
descúbrome más solo que ayer.

Y ahora sé que guardar los secretos,
lastimó lo que juntos formamos,
pues fue como arena movediza,
que de a poco se llevó lo querido.

Y hoy no me quedan palabras,
para traer eso que se ha perdido,
en la danza que se viste de elegías,
y entre el llanto se viste de luto.

Falló todo aquello que quise,
y que se perdió por las fallas que tuve,
dejándome sin oportunidades posibles,
de evitar esas miles de fallas,
que evitarlas posible hubiese sido,
si te hubiese amado de verdad.

viernes, 23 de agosto de 2013

Anónimo

Quiero quedarme en tus ojos, 
como el rayo de luz matutino, 
para alumbrar esas noches de ensueño, 
que se fija tras luz de mil estrellas.

Descubrir tus secretos enteros, 
que se visten de mil ilusiones, 
y ocupar un espacio entre ellos, 
para hacerlos todos realidad.

Entrar a un espacio vacío, 
para ocupar los espacios que quedan, 
en esos suspiros que lanzas, 
al mirar el reflejo de la luna, 
que se enmarca entre tu ventana, en medio de cielos despejados.

Y ser el viento que suave se escapa, 

entre la brisa augusta del verano, 
de un agosto en que sueñan los niños, 
por ver volar sus profundos deseos.

Quiero ser la luz que penetra tus ojos, 

y que hace que brillen sin medida, 
develando toda esa dulzura, 
que se muestra tras una sonrisa.

Y el castillo que guarde presuroso, 

tus más profundos secretos, 
y cuya llave se guarde en misterios, 
para evitar que se pierda el ingenio.

Ser la llama que mueva por dentro, 

tu corazón lleno de riquezas, 
que quieren ser pronto descubiertas, 
para darlas todas sin medida, a quien de verdad las merezca.

Quiero ser lo que esperas, 

para así darte a ti tu descanso, 
e inundarte de un centenar de alegrías, 
como flores que adornan los prados, 
después de la mejor primavera.