martes, 31 de agosto de 2010

Amor prohibido

Eres fuente de un manantial eterno,
El agua que a mi sed sacia,
Amor eterno, amor prohibido,
Lucero celeste que en mi corazón brilla.

Tú, que con cada paso me has dado vida,
Que con tu sonrisa me has cautivado,
Fruto prohibido que me seduce,
Junto al pecado de amarte tanto.

Eres, una razón por la cual pensar,
El primer rayo que en mi se posa,
El sol celeste que me ilumina,
Pasión interna que me aniquila.

Tú, que con las palabras me alimentas,
Que con tus ojos me hipnotizas,
Que con tus manos me debilitas,
Y sin tus besos me aniquilas.

Amor prohibido, amor lejano,
Un imposible entre el destino,
La distancia a pocos metros,
Y la presencia en mil lejanías.

Eres la fuente del manantial eterno,
Amor que brillas y me enloqueces,
Yo no soy nada si no te tengo,
Y muero en vida si yo te veo.
Tú, un fuego eterno que me consume,
Amor prohibido y tan lejano,
Yo a mil infiernos me entregaría,
Si con ello yo me librara de este que llevo.

Amor prohibido, amor lejano,
Luna de noche, cielo de día,
Mi fiel refugio y mi dulce sueño,
El más sagrado de los habidos.

Eres aire que se respira,
Sueño que se desea,
Fruto prohibido del cruel destino,
Amor que espero y no vendrá.

Niña vestida de mujer

Ella camina por las calles,
En medio de la noche de verano,
Y el viento se pasea por su cuerpo,
Como el fiel enamorado de sus besos.

Con su cuerpo hipnotiza a quien la mira,
Y los hombres manifiestan su belleza,
Mientras tanto piensan en sus adentros,
Que tenerla sería el mejor regalo.

Entre tanto hay alguien en su casa,
Que la espera para tomarla entre sus brazos,
Con el fin de embriagarse lentamente,
Y contemplarla cual sirena en su regazo.

Es la niña que se gana con sus ojos,
Todo el brillo de los astros tan celestes,
Cuando ella caminando por las calles,
Deja inmóvil todo aquel que la contempla.

Es la diosa que en las calles se revela,
Pitonisa de sueños oscuros,
Es el cielo en la tierra, un infierno,
Demonio que seduce con su cara de ángel.
 
Ella camina en medio de noches de verano,
Pero su cuerpo es de dulce primavera,
Una niña que de mujer se disfraza,
Un amor que entre el viento se escapa.

Es espada que te ejecuta,
La cicuta que de beber gustas,
Es un sueño esa dulce dama,
Y enamora al mirarte fijo.

Es la diosa preciosa que del sol se adorna,
Dulce zafiro que brilla entre el cielo,
Mujer que caminas por las avenidas,
Y que de bellas flores adornas el paraíso.

Ella camina en las noches de verano,
Mientras el viento su cuerpo roza sutilmente,
Y la luna celosa encandece su brillo,
Para mostrar soberana su dulce hermosura.

Es una niña vestida con piel de mujer,
El deseo perdido del amante sin par,
La figura radiante de un ángel celestial,
Que ha caído a la tierra para saber amar.

lunes, 30 de agosto de 2010

Cómo no recordar

¿Cómo  no recordar el tiempo de antaño?
¿Cómo no pensar en lo que sucedió?
Cuando siento que al perderte me he ido,
Y no vale de nada lo que aquí poseo.

¿Cómo no recordar los bellos momentos?
Cuando entre gorriones y en medio del campo,
Caminamos senderos completos,
Soñando un futuro a tu lado.

Cómo no recordarlo…
Si al mirarme al espejo me veo cadáver,
Fantasma de miedos, de mil soledades,
Ausencia presente de vidas remotas,
Imagen siniestra que nada le queda.

¿Cómo le hago para no recordar?
¿Cómo borrar la historia de amor?
Si te siento presente en cada espacio del viento,
En cada verso que escribo con loca obsesión.

¿Cómo no recordar tu hermosa figura?
¿Cómo salir de esta hipnosis de amor?
Si en cada esquina que paso veo tu retrato,
 Y te busco con ansias sin poderte encontrar.

Dime entonces qué hago para poderte borrar,
Si no estás a mi lado, no te puedo encontrar,
Si te fuiste a otros valles tras lo hondo del mar,
En una vieja nave que te vino a encontrar.
Cómo no recordarte, si te vuelvo a encontrar,
En la luna que escapa con las olas del mar,
En las flores del campo que marchitas están,
Y que el viento altanero se ha venido a llevar.

Cómo no recordarte, te quisiera preguntar,
Pues de nada vale el echar tiempo atrás,
Las memorias del tiempo que al encuentro vendrán,
Para ahogarte por dentro y tirar a matar.

Cómo no recordarte, si te vengo a buscar,
En cada gota de agua que regresa del mar,
En los valles que juntos quisimos caminar,
Y en la esquina bohemia de aquel viejo bar.

Cómo no recordarte, si te llevaste al marchar,
Lo poco que quedaba de mi humanidad,
Y me dejaste sembrando en la arena del mar,
Amor, agonía y una gran soledad.

Antes de marcharte

Antes de irte dame un beso,
Márcame las huellas de tu amor,
Pósate en mi mente sin medida,
Y dame nuevamente una ilusión.

No te marches sin una despedida,
No permitas que el silencio tome parte,
Y que el día con sus horas pose eterno,
En la mordaz agonía de tu ausencia.

Antes de marcharte dame un beso,
El mismo que he soñado en el regazo,
En el que juntos compartimos dulces sueños,
En medio de un abrazo enamorado.

No te marches sin decirme lo que sientes,
Pues tu sabes que yo hare lo mismo,
Quiero escuchar de las dulces melodías de tus labios,
Un te amo sin medida no reserva.
Y si a caso de marcharte no volvieras,
Dame un beso de tu boca enamorada,
Para beber de tus labios el veneno
Que me ayude a librarme de este infierno.

Antes de irte dame un beso,
Para que él sea el único recuerdo,
Y te traiga nuevamente hacia mis brazos,
Después de haber buscado mil caminos.

N o te marches sin una despedida,
Que de mí encontrarás la bienvenida,
Y cuando juntos por fin nos encontremos,
Podré decirte no me dejes sin un beso.


domingo, 29 de agosto de 2010

Es Absurdo

Es absurda una lágrima por tus besos,
De nada vale un pensamiento de tu cuerpo,
Una flauta que interprete tu sonrisa,
Si tú no estás aquí.

Es absurdo el pensamiento de lo incierto,
La nada que sabe a solución,
Las noches que me dejan en silencio,
Cuando te has llevado el fondo de mi vida.

Es absurdo el escribir miles de letras,
El contar el infinito de las playas,
El correr por avenidas como un loco,
Si al final de cuentas estoy solo.

Es absurdo comprender que estoy con alguien,
Es ilógico pensar que estoy solo,
Pues se queda tu recuerdo en mi vitrina,
Y tu foto está colgada a mi pared.

Es absurdo pensar que no estás cerca,
Si te siento en cada espacio de la casa,
Cuando loco me golpea tu recuerdo,
Entre tanta soledad que me aniquila.

Es absurdo contemplar la luz del día,
Esos rayos que descuellan entre la ventana,
El festival de nubes que se pintan al horizonte,
Cuando nada queda de tu luz.

Es absurdo pensar al infinito,
Cuando tengo ya tan cerca tus cenizas,
Entre el cementerio de mi alma agonizante,
Y el mañana del absurdo que se posa.

Es absurda una lágrima y un beso,
Al espacio que solo se ha quedado,
Cuando en el rincón más recóndito de la habitación,
Se musita acongojado tu recuerdo.

Es absurdo tu nombre sin tu presencia,
Los días sin ella son bitácoras de nostalgia,
Un sendero que te lleva a un abismo,
Al absurdo de soledades tan siniestras,
Que te hieren lentamente hasta matarte.

Es absurdo posarse en la ventana,
Y esperar a que la vieja puerta se abra,
Y oler el calor de tu presencia,
Cuando tú hace tiempos te has marchado.

Hay silencio en las calles

Silencio en las calles por un funeral,
Oscuridad de los tiempos que han quedado atrás,
Mientras un bar semiabierto trastorna el silencio,
De veladas mortuorias de la soledad.

La luna redonda con brillo a cristal,
Espejo de un astro que no da marcha atrás,
Testigo del viento que pasó susurrante,
Sobre el cuerpo del hombre que mira hacia el cielo.

Y entre el llanto de lluvia que no tiene tregua,
Camina sin rumbo cual anima herida,
El hombre sin rostro, sin faz ni figura,
Que en oscuras tinieblas su morada tenía.

Silencio en las calles por un funeral,
Libertades perdidas por el sórdido beso,
De un amor pasajero que dejo la ilusión,
De caricias ausentes que no volverán.

Las estrellas lo miran, y él lo hace igual,
Y en sus ojos se confunden con otro cristal,
El de lágrimas navegantes en medio de un mar,
Que sabe a tristeza, a dolor, soledad.
Y entre el llanto, la lluvia, las estrellas y más,
Camina por las calles el que no queda atrás,
Empujado por el viento sin saber dónde va,
Y con el único deseo de volver a empezar.

Silencio…,
Petición que se hace cuando empieza a cantar,
Las aves de viento y los grillos, todos al compás,
De una entonada melodía que sabe a funeral;
Mientras en el bar semiabierto se comienza a escuchar,
Tonadas de alegría y jolgorio sin par.

Entre tanto la luna que se ha perdido ya,
Le recuerda al testigo haber sido un criminal.
Hay silencio en la calles por un funeral,
Pues por las ideologías el amor quedó atrás.

sábado, 28 de agosto de 2010

Libertad

Quiero volar como el ruiseñor,
Y entonar frente al viento lo mejores acordes,
Mientras siento en mi cuerpo el candor de los vientos,
Que presagian senderos de inmensa libertad.

Quiero entonar los acordes de un himno,
Frente a un viejo piano de templos barrocos,
Y recordar a Neruda mientras canto elegías
A los versos que libres se fueron muy lejos.

Quiero ser rama de un árbol florido,
Ser cúspide de un cielo en lejanas tierras,
Gestor de mil sueños, de mil esperanzas,
Y gritar a la vida que libre transcurre.

Pero nadie comprende el por qué su sentido,
Todos lejanos escuchan el clamor del tiempo,
Es oriunda del alma, libertad soberana,
Dueña de un reino eterno del que no saben nada.

Quiero ser pregonero en mundos diversos,
Del aire que siento frente a tu presencia,
Libertad tan lejana y a la vez tan cercana,
Eres dueña de todos poseída por muchos.
Eres todo un enigma, solución de problemas,
Trago amargo que bebes y te da la hermosura,
Que te acercan al cielo de la mayor certeza,
Rostro ajeno de tiempos que podrían venir.

Quiero volar por el viento y cantar libertad,
Para que quien me escuche se ponga a meditar,
Sobre el regio regalo que brota al interno,
Del hombre que danza feliz enamorado.

Y mirar sobre un valle, del que mana la fuente,
Y descubrir que la vida se va entre las manos,
Que es rio que brota y camina al océano,
Entre estrépitas rocas que amoldan su camino.

Quiero cantar con el piano de Borge,
Y vivir libremente como el sabio Goethe,
Escribiendo poemas que te digan por dentro
El amor que por libre busca tu dulce presencia.

Y decirle al oído de la esquina del mundo,
Que por libres podemos ser eternos bohemios,
Pues es ella la dueña de tantas historias,
Y nosotros los amos de ilustre señora.

Nostalgia

Nostalgia del pasado que es mejor no recordar,
Historias que de a poco han quedado atrás,
De puntos suspensivos que cerraron un camino,
Y que abrieron un sendero para volver a empezar.

Mil versos escritos, algunos perdidos,
Utopías soñadas con la mayor claridad,
Libertades siniestras de amar sin medida,
De buscar ante todo la felicidad.

Y el compendio de versos que fustigan el libro,
Son historias narradas, metáforas de un respiro,
Sonetos que a piano no tienen partitura,
Casualidades vividas con cada paso cedido.

Suspiros que el viento se roba traicionero,
Entre una lágrima oculta que delata sentimientos,
Al leer un poema que remueve mil almas,
Y que salió del tintero de nadie conocido.

Nostalgia del pasado que ha quedado atrás,
Mientras vives el presente del poema más bello,
Del más largo que ha escrito la pluma del bohemio,
En noches de sueños y del frio inmenso.

Y en este invierno soleado que de a poco confunde,
Se vive resignado a vivir en la tierra,
Mientras miles de mundos desaparecen agónicos,
Ante el miedo siniestro a vivir el dolor.
Y al leer estas notas del final de una historia,
Que entre noches de ausencia se desparramaron,
Te apuntas a las ligas del juego complejo,
De olvidar mil recuerdos que otros te marcaron.

Mientras pasas las hojas que han quedado marcadas,
Entre puntos y comas, todo suspendido,
El infinito es infierno y el presente la nada,
Si a la ausencia se suma el amor recoleto.

Nostalgia del pasado, de lágrimas de fuego,
Mil letras ocultas que algún día saldrán,
Y un verso que bello te trajo siniestro,
El rostro difuso de quien tanto te amó.

viernes, 27 de agosto de 2010

Sólo quedan versos

Quiero escribirte el poema más largo del mundo,
Uno que traiga minuto a minuto el recuerdo,
De tus ojos que cálidos se visten de hermosura,
De tus bellos labios rojos cual fino rubí.

Plasmar en un verso las mil memorias,
Tras una promesa que nace del alma,
Frente al anhelo de tenerte de cerca,
Y decirte que el tiempo no arrebata el amor.

Y contar las estrellas y todos los astros,
Vagar con el viento a mundos lejanos,
Para traerte palabras que nadie comprenda,
Con un mensaje que al leerlo nos traiga memorias.

Entre tanto canciones plasmadas en el tiempo,
Con sonidos de pianos y mil sentimientos,
Nos recuerden bohemios etapas pretéritas,
De risas que cálidas hicieron historias.

Y tomo la pluma que antaño flotaba,
Entre mil notas que el viento ha arrebatado,
Para escribirte los versos que he prometido,
Y que de tanto esperar se han extraviado.

Más sólo un dibujo que es más garabato,
Abre la puerta a musas siniestras,
Que ahuyentan la calma de mi cabeza,
Y el recuerdo sincero de lo que fuiste en mi vida.
 Quiero escribirte el más bello poema,
Pero no puedo lograrlo si no te tengo en mi vida,
Contemplando en el tiempo tu bella sonrisa,
Y ese brillo de ojos que me hipnotizaba.

Y plasmar en zafiros tu bella figura,
Tus lisos dorados del oro más puro,
Tus ojos de luna que alumbran las sombras,
Con brillo celeste que a nadie compara.

Y escribir frente al tiempo todo lo que recuerdo,
Desde el día que cruzaste sin pensar mi camino,
Hasta aquel que por loco perdí tu sendero,
Cambiando las huellas con mis palabras.

Pero la tinta es poca, la pluma frágil,
Ante la fría dureza de errores pasados,
Esos que lágrimas trajeron consigo,
Poniendo distancia a un posible futuro.

Quiero escribirte un bello poema,
Pero la historia pasada en nada nos ayuda,
Y la tinta del tiempo se ha consumido,
En medio de noches de orgullo siniestro.

Quiero escribirte el poema más largo,
Que cuente amores que por ti sentí,
Fueron sustancia de felicidad incúlmen;
Más no sólo recuerdos se escriben entre letras,
Sino sueños furtivos de posibles senderos.

Y tu risa festiva que hasta en fotos se plasma,
Son sutil medicina  para fríos lejanos,
De nostalgias que de apoco acaban la vida,
Y la sumergen entre abismos de oscura soledad.
Quiero escribirte el poema más bello,
Pero me es imposible pues musita tu nombre,
Y me duele saber que no puedo tenerte,
Cuando muero por dentro al verte a lo lejos.

Y tus ojos me hechizan cual aurora polar,
Tu sonrisa la sueño mientras escribo mis versos,
Y una epidemia se suma a los complejos recuerdos,
Mientras lágrimas corren junto al amplio tintero.

Quiero escribirte…
Pero no queda argumento,
Sólo ecos de silencios que se escuchan al viento,
Memorias colegiales de suspiros eternos,
Cuando junto a tu puerta te dije te amo.

Y mirando al recuerdo entre estrellas lucientes,
Lágrimas de diamantes golpean mis ojos,
Pues no estás a mi lado, te encuentras ausente,
A miles de kilómetros que colindan con la esquina.

Quiero escribirte el poema más largo,
Más que el tiempo transcurrido desde tu partida,
Desahogar mi memoria entre letras sueltas,
Y decirte mil versos entre la luz mañanera.

Más el peso del verso no lo soporta el tintero,
Y la pluma que esquiva se desliza entre el lienzo,
Sólo escribe monosílabos y frases inconexas,
De inquilinas preguntas que no tienen respuestas.
Y las letras caminan en medio del lienzo,
Fugitivas dispersas de guerras perdidas,
Mientras me faltas por dentro en tu ausente distancia,
Ante el tiempo que muere en cada latido.

Sin embargo te escribo, para no herir el recuerdo,
Para leerlas al viento, y al celeste lucero,
Entre vinos añejos que acompañen mi sueño,
Y recónditos secretos que veras con el tiempo.

Quiero escribirte el más bello poema,
El que nace por dentro por tanto amarte,
Mientras entre lagos de lágrimas contemplo tu ausencia,
Y el tintero responde un final aparente.

Quiero escribirte el poema más largo,
Pero no con palabras sino entre historias,
Hasta llegar a lo eterno de un solo instante,
De mirarte a los ojos y decirte lo siento,
Ya que no pude escribirte el poema más bello,
Pues mi mano temblaba al escribir cada letra,
Y la pluma no supo plasmar sentimientos,
Mucho menos escribirte el poema más largo,
Ese mismo que quedase a futuros bohemios,
Que entre amores fugaces comprendieran el sentido,
De escribir ante el tiempo unos versos al viento.