domingo, 29 de agosto de 2010

Hay silencio en las calles

Silencio en las calles por un funeral,
Oscuridad de los tiempos que han quedado atrás,
Mientras un bar semiabierto trastorna el silencio,
De veladas mortuorias de la soledad.

La luna redonda con brillo a cristal,
Espejo de un astro que no da marcha atrás,
Testigo del viento que pasó susurrante,
Sobre el cuerpo del hombre que mira hacia el cielo.

Y entre el llanto de lluvia que no tiene tregua,
Camina sin rumbo cual anima herida,
El hombre sin rostro, sin faz ni figura,
Que en oscuras tinieblas su morada tenía.

Silencio en las calles por un funeral,
Libertades perdidas por el sórdido beso,
De un amor pasajero que dejo la ilusión,
De caricias ausentes que no volverán.

Las estrellas lo miran, y él lo hace igual,
Y en sus ojos se confunden con otro cristal,
El de lágrimas navegantes en medio de un mar,
Que sabe a tristeza, a dolor, soledad.
Y entre el llanto, la lluvia, las estrellas y más,
Camina por las calles el que no queda atrás,
Empujado por el viento sin saber dónde va,
Y con el único deseo de volver a empezar.

Silencio…,
Petición que se hace cuando empieza a cantar,
Las aves de viento y los grillos, todos al compás,
De una entonada melodía que sabe a funeral;
Mientras en el bar semiabierto se comienza a escuchar,
Tonadas de alegría y jolgorio sin par.

Entre tanto la luna que se ha perdido ya,
Le recuerda al testigo haber sido un criminal.
Hay silencio en la calles por un funeral,
Pues por las ideologías el amor quedó atrás.

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