miércoles, 3 de noviembre de 2010

Se perdieron

Se perdieron los viejos zapatos,
Esos mismos que recorrieron el mundo,
Los que me llevaron a diversos parajes,
Entre días de lluvia siniestra.

Los que entre noches, con la luna llena,
Recorrían senderos que aunque desconocidos,
Tenían por destino el encuentro certero,
Del amor que se encuentra vivido.

Se perdieron los viejos zapatos,
Eran ancianos y se acabaron de tanto buscarte,
Mientras te perdiste sin ser encontrada,
Huyendo de los recuerdos.

Y qué parte tengo de culpa,
De esta tu huida de mi destino,
Si buscas alguien que te ame,
Pensando que yo no puedo.

Y qué sentido queda ahora,
Si no tengo ni mis zapatos,
Para salir corriendo a encontrarte,
Aunque fuera hasta el infinito.

Se perdieron los viejos zapatos,
Ellos ya no sirven para nada,
Pues tú echaste a la basura,
Todo el amor que te profesaba.

Salieron del inventario,
Así como saliste tú de mi casa,
Corriendo desesperada
Y con el corazón destrozado de recuerdos.

Y qué sucedió, dónde nos perdimos,
Dónde quedaron las avenidas de amor,
Los cielos azules de mil primaveras,
Y las promesas hechas entre sonrisas.

Se perdieron los viejos zapatos de ayer,
Y qué más se puede esperar,
Sólo la muerte y un triste final,
Esa que llega cuando tú no estás.

Y mientras yo lloro la pérdida de tu amor,
Otro goza tus labios y de tu calor,
Yo soy sólo recuerdos de un triste final,
Una historia cerrada con punto final.

Una estrella pérdida en la oscuridad,
El frio de un nevado que está a punto de llegar,
Una lluvia que no cesa por más que se suplica,
Una muerte anunciada como crimen singular.

Se perdieron los viejos zapatos de ayer,
Que me hacían volar, que me hacían reír,
Que bajo sus plantas seguía tus huellas,
Y te traían conmigo para que fuese feliz.

Y sin ellos a mi lado, ya no estás tú,
Mientras yo, un demonio, me vuelvo a mirar,
Sumergido en un infierno que no tiene final,
Pues te fuiste de mi lado sin dar vuelta atrás.

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