Le pedí a dios,
Me diera un amor,
Tan real y sutil,
Que me supiera comprender.
Le pedía a dios,
Te trajera hacia mí,
Mientras te sentía cerca,
Tras la sombra que pasa.
Se lo pedía a dios,
Y me dio ansiedad,
Una simple esperanza,
Llamada talvez.
Y aprendía a descubrir,
Que me volví a equivocar,
Pues te tenía tan cerca,
Y no te pude encontrar.
Le pedí a dios,
Me regalara la libertad,
De poderme expresar,
Y volver a volar.
Se lo pedí,
Como quien desea ansiedad,
Mientras oscurecía en el ocaso,
La pasión al amor.
Y no era cosa de él,
Pues estabas tan cerca,
Tras mis ojos y la luz,
Y aun así,
Te pedía a dios.
Y una tarde cualquiera,
Tras plegarias y rezos,
Llegaste a mi puerta,
Como cosa del viento.
Y aprendía a descubrir,
Que yo ya te esperaba,
Y que nunca en la vida,
Te podría olvidar.
Te pedí a dios,
Más tu llegaste,
Tan divina presencia,
Como esperaba talvez.
Y ahora no se,
Por qué te pedí,
Pues él te arrebata,
De mis deseosos brazos,
Mientras deseo tenerte,
Para amarte hasta el final.
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