miércoles, 10 de noviembre de 2010

Amor pobre

Estoy aquí sentado en una vieja casa,
Que guarda mil historias de amores pasados,
Esa misma que miró a dos enamorados,
Que han muerto a causa del cruel tiempo.

Esa misma que conoce mil secretos,
Las respuestas de lo que se vive en la vida,
De esas flores que iluminaron un día,
El diván de lo que fuese un gran amor.

Y un anciano que recuerda las memorias,
Con nostalgia pasa siempre los umbrales,
De la casa de antiguos amigos,
Que le enseñaron lo que significa amar.

Y una niña que gestaba una novela,
Revolaba por los valles que no existen,
Y ahora que ha dejado su castillo,
Sólo espera un final que fue anunciado.

Estoy aquí, sentado en una vieja casa,
Esa misma que juro permanecería,
Casi semiderruida por el clima,
De mil días desde que fue construida.

Mientras que los otros miran entre risas,
La nostalgia de un hombre que simplemente espera,
Entre el tiempo que penetra en la ventana,
El regreso de la dueña de la estancia.

Pero sabe que una historia tiene su final,
Y se pregunta dónde se fue desesperada,
La felicidad que desde siempre fue soñada,
Y encontrada a la entrada de esta casa.
 
Sí, sabe que ha llegado el final,
Mientras la muerte se desliza silenciosa,
Entre el tiempo que corre con premura,
Y a la vida se le ha marcado su final.

Sentado en una vieja casa,
Un anciano ya no espera el regreso,
Y lo miro con los ojos llenos de tristeza,
Porque se ha marchado su eterna enamorada.

Estoy aquí, sentado en una vieja casa,
Conociendo que ya no queda esperanza,
Pues su nombre no se borra de la mente,
Aunque sé que ya jamás regresará.

Estoy aquí sentado en una vieja casa,
Y me muero mientras ella permanece,
Con la única certeza que algún día,
La veré por esa puerta entrar.

Estoy aquí, sentado en una vieja casa,
Porque sólo eso ha ella le pude brindar,
Un amor pobre que no supo valorar,
Y por ello me quedó la soledad.

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