sábado, 11 de septiembre de 2010

Viejos pasos

Viejos pasos los que dio el feliz anciano,
Los del niño que se encuentra prematuro,
Cuando viendo los dolores de la vida,
Sonríe porque no hay ningún remedio.

Viejos pasos los que da la luz del día,
Los que trasladan un viento mañanero,
Mientras golpea con dureza ramas secas,
Que sin hojas preludian despedida.

Viejos pasos los que da el sutil amante,
Que sin tregua busca a su amor desesperado,
Mientras se abre entre su espacio el cruel desierto,
Que es destierro cuando falta compañía.

Viejos pasos, pisadas de un alma melancólica,
Huellas tenues de antiguas profecías,
De mil muertos que pasaron con el tiempo,
Y sin embargo, permanecen cual lucero.

Viejos pasos, mil historias y retretas,
Fino manto de almas enamoradas,
Esas mismas que de a poco se quedaron,
Entre tanto otras cuantas se acabaron.

Viejos pasos, solamente eso,
Y no sé si ellos son una venganza,
O son puente que llevan al abismo,
Casa incúlmen de soledades que te aniquilan.

Viejos pasos que aún están marcados,
Que nos narran un amor que no ha pasado,
Que nos llevan a la casa de la muerte,
Sin decirle adiós a la melancolía.
Viejos pasos que no llevan a ningún lado,
Los que exhaustos se quedaron en el camino,
Cuando la luna ya mostraba su figura,
Y la soledad se hacía ya señora.

Viejos pasos que han quedado en el camino,
Que se perdieron con el cruce de senderos,
Que palpitan cuando buscan cada paso,
Y que retornan con el paso de los días.

Viejos pasos que quedaron bien marcados,
Porque ellos eran de enamorados,
Que cuando vieron la luz del día,
Jamás pensaron que acabaría.

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