domingo, 27 de marzo de 2011

SENTIMIENTOS

Después de que el amor llegó,
Se fue como el viento en primavera,
Dejando un sentimiento tan perdido,
Que jamás podrá ser encontrado.

Sólo una lágrima, pensamientos,
Mil suspiros que ahuyentados
Vagabundos se encaminan
Hacia el valle de la muerte.

Auroras oscuras, recónditas,
Que congelan con el frio de la noche
De una ausencia que me sabe insospechada,
Y que me llevan lentamente a la nada.
Después de que el amor llegó,
Solamente quedó un tono opaco
De la música que me hiciste escuchar,
En espacio que de ángeles llenaste.

Sólo letras, muertas, pero escritas,
Y una nausea que es dolor y total muerte,
Catapultas que derriban fortalezas
Que jamás habían sido conquistadas.

Y un espacio vacío, lento, sobrio,
Un eterno y recóndito silencio,
Entre el tiempo que se ha ido fugitivo,
A los valles de planetas ya lejanos.

Después de que el amor llegó,
Sólo quedan mil fragmentos esparcidos,
De este corazón que ha muerto
Y que no se puede sanar.

Y tu ausencia, esa misma que macabra,
Está oculta en medio de los sarcófagos,
Pues después de haber soñado con el amor,
Ahora todo ha quedado en el vacío.

martes, 22 de marzo de 2011

CUESTIONES

Mientras haya luz en la noche,
Respóndeme mil preguntas,
Para saber que ha pasado
El tiempo de enamorarte.

Deja fluir el viento cálido,
Que una vez tomé en tus labios,
Que se me hacían bellas playas
Oasis y paraísos.

Y que corran torbellinos,
Que me marcan el olvido,
Entre las cuestiones que quedaron
Para siempre en el silencio.

Y deja que el sol de mil estrellas,
Cálidas enfríen mis noctámbulas,
Que entre sirenas de mil colores,
Me dejan ver esa luna enamorada.

Mientras tanto se despeja,
Un misterio sin preciso,
Un manual de lo inconocido,
Y que me habla de mil amores.

De eso que es innombrable,
De lo que nada más tiene silencios,
Entre nubes que se disuelven
En el más profundo sueño.

Y si al despertar descubro,
Mil cuestiones en tus manos,
Solamente yo te busque en el vacío
De un poso que no tiene fondo.

Pues, mientras haya luz en la noche,
Es posible que escuche tus palabras,
En silencios innombrables de secretos,
Y cuestiones que no han quedado olvidadas.

lunes, 14 de marzo de 2011

Mil cuestiones (Final Edición)

Con el pasar del tiempo se descubre
El sentido siniestro de la soledad,
Cuando buscándote en mi espacio
Descubro que has dado vuelta atrás.

Que mientras te busco desesperado,
En este infierno que me carcome,
Tú vives lejos de mi mirada,
Y ya no queda más que contar.

Se vive entonces desesperado,
Tomando un trago de esta ausencia,
Mirando triste tu fiel sonrisa,
Cuando ya ni me quieres hablar.

¿Dónde quedaron los bellos frutos
Que entre besos se han sembrado?
Sólo recuerdos desesperados,
Que aniquilan en su mirar.

¿Cuál es el punto de un retorno
Que no ha dejado huella al andar?
Si en cada paso desesperado
Te vas volando a la infinidad.

Mientras poetas del mundo entero
Escriben versos para dedicar,
Y las canciones son letras muertas,
Que cuentan historias del más allá.

Mientras yo, sentado en el silencio,
Busco mirarte un día más,
En este espacio desesperado
Que pinta ausencia y soledad.

Y mientras quiero escribir el resumen,
De nuestra historia en lo más propio,
La mente como que se me embota
Y el llanto corre desesperado.

Como si un niño aquí en la esquina,
Desesperado buscara el tiempo,
Que corriendo se fue escapando
Hasta el momento en que fue muriendo.

Habla, no guardes silencio,
Aunque no estés aquí en mi espacio,
En esta dulce locura de saberme desesperado,
Cuando tú me prometiste jamás abandonarme.

No me digas que se fueron con el viento,
Las promesas por las que un día moriríamos,
O es que ahora ya te encuentras enamorada,
Y yo fui un juego para dulces fantasías.

¿Dónde estás que no regresas
Para mis lágrimas consolar
En este valle de soledad?

¿Dónde estás que ya no hay sueños
En el mundo de fantasías,
Ni tampoco hay ya risas,
Y palabras majestuosas?

¿Dónde estás para responderme
A mil cuestiones que en mi mente,
Me agobian y destruyen,
Sin dejarme ni dormir?
 
Quizás con alguien, o tal vez sola,
Tal vez riendo, o llorando,
Mientras piensas que todo es fácil,
En este mundo de cristal.

¿Dime al menos que te faltó,
Porque el amor murió?
Si con el pasar del tiempo, tú me dijiste
Seríamos eternamente felices.

Si solamente ha pasado el tiempo,
Y yo que te pedí una oportunidad,
Cuando al pasar una despedida
Tu rostro ya no pude mirar.

Y yo que te supliqué que no me cambiaras,
Que pese a lo que pasara no me abandonaras,
Me cerraste la puerta hacia tu destino,
Y yo desesperado muriéndome en vida.

Tú que me prometiste que regresarias,
Y me dejaste prisionero de ilusiones
Mientras esperaba un día más.

Pero pasó el tiempo y nunca llegaste,
Mientras el invierno se prolongó,
Y yo muriendo entre mis latidos
Me pregunto si volverás.

¿Por qué esta ausencia tú me legaste
Si de amor sólo te llené?
Y entre los lazos de mil palabras
Sólo tu nombre pude formar.
 
¿Cuándo perdí tu dulce sendero
Para que me dejaras en el laberinto?
Si cuando volábamos entre el viento
Me decías: por siempre será este amor.

Con el pasar del tiempo he comprendido,
El poco tiempo que me queda de respiros,
Pues te llevaste el aire que necesitaba
Entre un beso que fue sempiterna despedida.

Que me deslizo sin darme cuenta hacia el abismo,
Por recordar tus caricias enamoradas,
Pues sé que ese amor no fue fingido,
Y que en mis errores se fue muriendo nuestro Cupido.

Y qué te digo si nada tengo por tu ausencia,
Si me quitaste hasta lo profundo de mi vida,
Y me enterraste en este mundo de mil sombras,
De las cuales me ha hecho preso la tristeza.

Y ahora que de tu ausencia todo se pinta,
Sólo una lágrima que negra me acompaña:
Entre una lluvia de mil nostalgias incomprendidas,
Y la locura de verte en cada espacio.

Comprendiendo que se vive en esta guerra,
De voces perdidas que zumban en mis oídos,
Mientras se escapa el sueño de mis pupilas,
En una noche que de la muerte se ha pintado.

Resumiendo el libro de recuerdos de mi mente,
Todos llenos de esos tus dulces besos,
Que ahora son cada uno una daga,
Que me ahoga en medio de la fiel noche.
 
Y te digo, te hablo, te grito, suplico,
Camino, camino, vagando sin un sentido,
Ansiando esa tu voz dulce escuchar,
Para saber dónde queda el puerto hacia la felicidad.

Habla, habla te suplico,
Cuando al pasar del tiempo voy descubriendo,
Que te marchaste, dejándome este silencio,
Que ahora clama en los segundos de mi destino.

¿Y qué me dices en el silencio escrupuloso,
De este camino de mil tinieblas y laberintos?
Sólo tu imagen se me aparece, pero no habla,
Y todo es noche, valles de muerte, dos mil sepulcros.

¿Dónde estás que no regresas
Para mis lágrimas consolar,
Antes que este dulce trago de la muerte,
Me quite lo poco que queda de mí?

¿Dónde quedaron tus más bellos sentimientos,
Esos mismos que me estremecían entre estrellas?
Se perdieron en el infierno del olvido,
O los mataste entre el amor de quien te tiene.

No te quedes en silencio, sólo habla,
O al menos muéstrame una señal,
Que si no el cielo se pinta de rojo,
Desangrado por este inmenso dolor.

¿Dónde? Responde para buscarte,
Que correré miles de vidas sin yo cansarme,
Pues con el paso del tiempo voy descubriendo
Que mientras te espere jamás te perderás.

Qué te tendré en cada nota que yo escriba,
Si entre nubes corriese hacia el infinito,
Leyendo un versos que por su espacio es el más largo
Y sin embargo, es corto con lo que siento.
 
Dime al verlo tan sólo si me recuerdas,
Si ya ha muerto lo que sentías dentro, muy dentro,
Si eres feliz aunque no te tenga aquí a mi lado,
O tú me esperas entre mil fantasías.

Si al leerlo tu corazón ha palpitado,
Si tú sentiste esa magia que antes sentía,
O si una lágrima corrió por tus mejillas,
Mientras recuerdos llenaron las alacenas,
Que en tu alma se despejaron cuando marchaste.

Qué esta nota que se maquina y se titula:
De tu ausencia, algún poema, mil sentimientos
Se ha desprendido de mil cuestiones que no comprendo,
Desde que tú te marchaste hacia el horizonte.

Pues el sol se ha marchado del paraíso,
Ya que de tu ausencia este mundo se me pinto,
Después de haber soñado con el amor,
Presentado en el diario de un soñador.

jueves, 10 de marzo de 2011

MIL CUESTIONES

Con el pasar del tiempo se descubre
El sentido siniestro de la soledad,
Cuando buscándote en mi espacio
Descubro que has dado vuelta atrás.

Que mientras te busco desesperado,
En este infierno que me carcome,
Tú vives lejos de mi mirada,
Y ya no queda más que contar.

Se vive entonces desesperado,
Tomando un trago de esta ausencia,
Mirando triste tu fiel sonrisa,
Cuando ya ni me quieres hablar.

¿Dónde quedaron los bellos frutos
Que entre besos se han sembrado?
Sólo recuerdos desesperados,
Que aniquilan en su mirar.

¿Cuál es el punto de un retorno
Que no ha dejado huella al andar?
Si en cada paso desesperado
Te vas volando a la infinidad.

Mientras poetas del mundo entero
Escriben versos para dedicar,
Y las canciones son letras muertas,
Que cuentan historias del más allá.

Mientras yo, sentado en el silencio,
Busco mirarte un día más,
En este espacio desesperado
Que pinta ausencia y soledad.

¿Dónde estás que no regresas
Para mis lágrimas consolar
En este valle de soledad?

Si solamente ha pasado el tiempo,
Y yo que te pedí una oportunidad,
Cuando al pasar una despedida
Tu rostro ya no pude mirar.

Y yo que te supliqué que no cambiaras,
Tú que me prometiste regresar,
Y me dejaste prisionero de ilusiones
Mientras esperaba un día más.

Pero pasó el tiempo y nunca llegaste,
Mientras el invierno se prolongó,
Y yo muriendo entre mis latidos
Me pregunto si volverás.

¿Por qué esta ausencia tú me legaste
Si de amor sólo te llené?
Y entre los lazos de mil palabras
Sólo tu nombre pude formar.

¿Cuándo perdí tu dulce sendero
Para que me dejaras en el laberinto?
Si cuando volábamos entre el viento
Me decías: por siempre será este amor.

Con el pasar del tiempo he comprendido,
El poco tiempo que me queda de respiros,
Pues te llevaste el aire que necesitaba
Entre un beso que fue sempiterna despedida.

Que me deslizo sin darme cuenta hacia el abismo,
Por recordar todas tus caricias enamoradas,
Pues sé que ese amor no fue fingido,
Y que en mis errores se fue muriendo nuestro Cupido.

Y ahora que de tu ausencia todo se pinta,
Sólo una lágrima que negra me acompaña:
Entre una lluvia de mil nostalgias incomprendidas,
Y la locura de verte en cada espacio.

Comprendiendo que se vive en esta guerra,
De voces perdidas que zumban en mis oídos,
Mientras se escapa el sueño de mis pupilas,
En una noche que de la muerte se ha pintado.

Y te digo, te hablo, te grito, suplico,
Camino, camino, vagando sin un sentido,
Ansiando esa tu voz dulce escuchar,
Para saber dónde queda el puerto hacia la felicidad.

Habla, habla te suplico,
Cuando al pasar del tiempo voy descubriendo,
Que te marchaste, dejándome este silencio,
Que ahora clama en los segundos de mi destino.

¿Y qué me dices en el silencio escrupuloso,
De este camino de mil tinieblas y laberintos?
Sólo tu imagen se me aparece, pero no habla,
Y todo es noche, valles de muerte, dos mil sepulcros.

¿Dónde estás que no regresas
Para mis lágrimas consolar,
Antes que este dulce trago de la muerte,
Me quite lo poco que queda de mí?

¿Dónde? Responde para buscarte,
Que correré miles de vidas sin yo cansarme,
Pues con el paso del tiempo voy descubriendo
Que mientras te espere jamás te perderás.

Qué te tendré en cada nota que yo escriba,
Si entre nubes corriese hacia el infinito,
Leyendo un versos que por su espacio es el más largo
Y sin embargo, es corto con lo que siento.

Dime al verlo tan sólo si me recuerdas,
Si ya ha muerto lo que sentías dentro, muy dentro,
Si eres feliz aunque no te tenga aquí a mi lado,
O tú me esperas entre mil fantasías.

Si al leerlo tu corazón ha palpitado,
Si tú sentiste esa magia que antes sentía,
O si una lágrima corrió por tus mejillas,
Mientras recuerdos llenaron las alacenas,
Que en tu alma se despejaron cuando marchaste.

Qué esta nota que se maquina y se titula:
De tu ausencia, algún poema, mil sentimientos
Se ha desprendido de mil cuestiones que no comprendo,
Desde que tú te marchaste hacia el horizonte.

Pues el sol se ha marchado del paraíso,
Ya que de tu ausencia este mundo se me pinto,
Después de haber soñado con el amor,
Presentado en el diario de un soñador.

martes, 8 de marzo de 2011

Lágrimas en la noche

Te voy a traer la luna
Para que la adornes en tu ventana,
Mientras busques el recuerdo
Que se escapa de tu mente.

Y te musitaré mi nombre
En medio de melodías,
Para que no me mates
Con el doloroso olvido.

Cuando al cerrar tus ojos
En la noche pasajera,
Yo me encuentre en soledades,
Muriendo por no tenerte.

Te voy a traer la luna
Para ponerle tu retrato,
Y besarla dulcemente,
Mientras muero en la tristeza.

Y le pondré tu nombre,
Ese que es mi sol,
Mientras con sangre escribo
A la más dulce flor.

Y al cerrar mis ojos
Con los tuyos sueñe,
Mientras eternidades
Pueda yo gustar.

Te voy a traer la luna
Pues de tu ausencia estoy que muero,
Más, ausente yo te pido
No me olvides por favor.

Lleva flores a mi tumba,
Llora lágrimas de amores,
Pues no tengo el corazón
Y por ello yo me muero.

Y grabando en mausoleo,
Pon tu nombre junto al mío,
Y al frente este último verso,
Pues al no tenerte ya estoy muerto.

domingo, 6 de marzo de 2011

FORMAS

 Se acabaron las letras en el jardín,
Esas flores que adornaban tu ventana,
Pues el cielo se ha puesto gris,
Y él anuncia ya esta muerte.

Te tengo, te pierdo,
Te ocultas, te veo,
Mi mirada te ansia sin aquí tenerte,
Y te tengo tan cerca que hasta puedo tocarte.

Eres una daga, el aire, la muerte,
La que arrebata el ánima mía,
En este eterno desierto lleno de misterio,
Donde ni tu nombre se ha pronunciado.

¿Dónde estás? ¿Dónde estás? Me pregunto,
Mientras veo a la gente como mil fantasmas,
Pues de nada me sirve el seguir respirando
Si te vas a las sombras en las que no te encuentro.

Y te clamo por dentro de mi agonía,
Pero tú no me escuchas, te encuentras distante,
Mientras gimo en el valle cargado de espinas,
Pues sin tu sonrisa todo me lastima.

Ábrete, ábrete, tumba vacía,
Para que entre mi vida y se vuelva muerte,
Pues ya nada me queda de lo que he querido,
Me han abandonado en la desventura.

Entra ya profunda ¡Oh, daga bendita!
Perfora este pobre corazón dolorido,
Para que repose mi cuerpo en sus brazos,
Y la tierra me quite lo que no he tenido.

Deja que me apague de un solo tajo,
Que en eterna tiniebla mi vida circunda,
Y de nada me sirve permanecer respirando,
Si yo he perdido lo que más he querido.

Se acabaron las letras en el jardín,
Mientras muere el abecedario,
De este pobre bohemio que plasma los sueños
De miles de amantes que permanecerán.

Adiós, adiós, es la única que queda,
Y se pinta en el aire que refresca tu rostro,
Pues con él yo me marcho con la despedida,
De la misma manera en que nos conocimos.