domingo, 22 de abril de 2012

Me quedé

Me quedé con las ganas de verte,
y cuando menos cuenta me dí,
la noche ya había caído,
en medio de la lluvia difusa
que azotando los verdes parajes,
todo lo llenaba de soledad.


Me quedé con las ganas verte,
y cuando menos pensé te alejaste, 
entre ocasos difusos de sueños
que tejidos entre la niebla pálida
de mil lunas de ayeres eternos,
suspiran recordando tu nombre,
el mismo que pedí olvidar.


Me quedé con las ganas de verte,
de recordar tu dulce perfume,
entre los ojos celestes silvestres
de los mares oscuros de tu piel,
del canela que visten tus manos
que una vez tocaron las mías,
y ahora recorren otro cuerpo.


Me quedé con las ganas de verte,
y ahora te veo refleja,
feliz en sus brazos amantes,
dejándome excusas siniestras
de posibles imposibilidades.


Me quedé con las ganas de verte,
mientras la noche ya está terminando, 
mientras cruzas al lado del viento
rozando el aire que respiro
y que en nada se vuelve locura,
de unos besos que sólo surgieron
de mentiras pintadas de deseos
de jugar con lo que no posees.

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