jueves, 26 de septiembre de 2013

Soneto

Que soneto más hermoso,
el que crea el viento con tu cabello,
en la plaza pueblerina,
llena de mil ilusiones.

Que destellos dan tus ojos,
bajo la luz de la luna,
que nada envidiarían,
a la luz de un arco iris.

Y esos tus dulces labios,
que son más rojos que la grana,
que me recuerdan la sangre,
que en mi corre sólo al verte.

Que suaves son tus manos,
que al tomar las mías tristes,
se me hacen a las nubes,
que rodean el firmamento.

Y tus palabras que canciones,
me recuerdan cada instante,
que por oírla yo deliro,
y sin ellas muerte padezco.

Y la belleza de tus piernas,
que sostienen a tus pasos,
que caminan presuroso,
hacia un infinito paraíso.

Que hermosa tu presencia,
y más si te me acercas,
para compartir mi vida,
aunque sea por un minuto.

Y cuando llegas al umbral,
de las puertas invisibles,
de lo real e imaginario,
de mi mente atormentada,
por tenerte tan distante.

Y es que eres tan perfecta,
que no existe otra hermosura,
que bajo el cielo se fijara,
para adornar lo ya existente.

Que soneto más hermoso,
es el verte aquí llegando,
entre sonrisas mañaneras,

de este día que fenece.

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