Eres princesa de sueños indelebles,
azucena de campos bellos floridos,
en los que el viento juega presuroso,
a rozar y no ser alcanzado.
Eres princesa de un bello palacio,
bordado por miles de murallas
tan altas y de mármol puntadas,
en las que sólo supera
la tuya engalanada.
Eres princesa, y la más bella diosa,
que a mis sueños custodia sin tu saberlo,
en mi pobre ventana toda desolada,
en la que sólo se posa la luna entristecida.
Eres ella y yo sólo tu auriga,
tu refugio sincero aunque no me miras,
el guardián que no duerme ni jamás se detiene.
azucena de campos bellos floridos,
en los que el viento juega presuroso,
a rozar y no ser alcanzado.
Eres princesa de un bello palacio,
bordado por miles de murallas
tan altas y de mármol puntadas,
en las que sólo supera
la tuya engalanada.
Eres princesa, y la más bella diosa,
que a mis sueños custodia sin tu saberlo,
en mi pobre ventana toda desolada,
en la que sólo se posa la luna entristecida.
Eres ella y yo sólo tu auriga,
tu refugio sincero aunque no me miras,
el guardián que no duerme ni jamás se detiene.
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