Es hermoso dibujar mil figuras en el cielo,
entre nubes de colores todos tenue paraíso,
y encontrar en los trazos de ese cielo,
mi mano a la tuya sujetando.
Ver tu rostro que de ángel se asemeja,
y no encontrar en tus ojos mi mirada,
y escuchando tu sonrisa en melodía,
se estremece en agonía el alma mía.
Y querer tomar tus manos, esas,
que a las mías se estrechan sin sentirlas,
y que sin aviso pertinente tu las sueltas,
para caminar como el viento en las plazuelas.
Pero te retengo, no sin antes una sonrisa,
para sentirte junto a mi, tan cerca,
para que no huyas y me dejes en ausencia,
y poder dibujar tu nombre en una estrella.
Y te quedas, así lo quieres,
y tu mirada me dice que me amas,
aunque tu boca este llena de silencios,
y la mía tenga sólo mil misterios.
Y te quedas, me amas y te amo, estamos juntos,
no queremos que se muera por los tiempos,
y en delirios de silencios ya morimos,
y no hay mundo, sólo juntos nos encontramos.
Entonces, dibujamos en las nubes corazones,
hasta la imagen de los más innombrables dioses,
y el tiempo se estremece entre tus brazos,
y contigo un minuto se nos vuelven eternidades.
entre nubes de colores todos tenue paraíso,
y encontrar en los trazos de ese cielo,
mi mano a la tuya sujetando.
Ver tu rostro que de ángel se asemeja,
y no encontrar en tus ojos mi mirada,
y escuchando tu sonrisa en melodía,
se estremece en agonía el alma mía.
Y querer tomar tus manos, esas,
que a las mías se estrechan sin sentirlas,
y que sin aviso pertinente tu las sueltas,
para caminar como el viento en las plazuelas.
Pero te retengo, no sin antes una sonrisa,
para sentirte junto a mi, tan cerca,
para que no huyas y me dejes en ausencia,
y poder dibujar tu nombre en una estrella.
Y te quedas, así lo quieres,
y tu mirada me dice que me amas,
aunque tu boca este llena de silencios,
y la mía tenga sólo mil misterios.
Y te quedas, me amas y te amo, estamos juntos,
no queremos que se muera por los tiempos,
y en delirios de silencios ya morimos,
y no hay mundo, sólo juntos nos encontramos.
Entonces, dibujamos en las nubes corazones,
hasta la imagen de los más innombrables dioses,
y el tiempo se estremece entre tus brazos,
y contigo un minuto se nos vuelven eternidades.
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