Déjame
susurrarte al oído palabras hermosas,
Esas
que te lleguen al alma y son cargadas de rosas,
Para
que lo que guarda mi corazón por dentro tu sepas,
Y camines
de mi mano por valles y estepas.
Déjame
regalarte la luna para ti solita;
Y aunque
ella tenga el reflejo del sol en sombra,
Para
que tú la ilumines con tu bella sonrisa,
Y
sea claro de luz cuando nos llegue la brisa.
Déjame
darte todo lo que he estado guardando,
Y en
un baúl encerrado ha estado esperando,
A que
llegaras a mi vida en este preciso momento,
Para
regalarme la magia que llevabas por dentro.
Déjame
llevarte hasta nunca nadie te ha llevado,
Y caminar
por las nubes al profundo cielo,
Donde
confluyen misteriosos tiempo e infinito,
Para
descubrir el misterio del amor eterno.
Pues
el amor se desprende de un profundo misterio,
Cuando
en un instante de luna se lleva por dentro,
El
rostro de aquel ser que te roba un suspiro.
Déjame,
no digas palabras, sólo camina conmigo,
Te
llevare con mi amor a comprender el misterio,
De
soñar y soñar sin que se agote el aliento,
Y sonreír
al abrir los ojos al momento.
Déjame,
quiero mostrarte lo que todos buscamos,
La
felicidad anhelada con la que nunca nacimos,
Y que
encontré al tomar un día tus manos,
En
un abrazo inmortal en el que nos inundamos.
Déjame
ser el motor que los impulse en el silencio,
Ese
lugar donde puedes encontrar lo añorado,
Y tomarlo
con tus manos para resucitarlo.
Déjame
darte entre letras un millón de besos,
Iluminados
por toda una legión de estrellas,
Entre
un cielo iluminado por mil mágicas hadas,
Que
se desprenden de ti cuando lanzas tus miradas.
Déjame
estar junto a ti hasta el infinito,
Y sabrás
por fin encontrar el rumbo
Hacia
ese amor que nunca habías tenido.
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