¿Escuchas el sonido del viento?
Puede ser que tu oído se altere,
Pero la muerte se siente tan clara
Como un clarinete fúnebre.
¿Miras el oscuro ocaso?
Cuidado tus ojos se enciendan,
Y veas como te derrumbas
En tinieblas de nieblas vespertinas.
¿Hueles el ambiente donde caminas?
El hedor de cadáveres sueltos,
Que tus pies ya pisan y destruyen,
Dejando algo tuyo entre sus huellas.
¿Escuchas el susurro del viento?
Melodías de muerte y de vida,
Es mi llanto que sabe a la lluvia,
Tan salado como el muerto océano.
Y sin embargo sigues caminando,
No te importa el abismo absoluto,
Sólo quieres perseguir a la muerte
Y quedarte reposando a su lado.
Y te vas a la selva oscura,
Allí donde moran los fantasmas,
Donde estaban tus huellas desde siempre,
Y que ahora regresa a tu morada.
En silencio, entre el viento huracanado,
Entre los sollozos de mil llantos alejados,
Como aullidos de las fieras que rapaces,
Se alejan acercándose en silencio
Solamente para devorar tu carne.
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