sábado, 12 de mayo de 2012

El amor de mi vida


De ella aprendí la vida,
De sus ojos claros como el cielo,
De ese amor que se dilata,
En cada uno de sus poros.

En medio de amores sin medidas,
De los besos que cada mañana me brindaba,
De una caricia que jugaba entre mis cabellos,
Y una sonrisa al llegar.

De ella aprendí a pronunciar palabras,
A callar algunas,
A pensar al menos por un momento,
Para no herir al musitar con mis comentarios.

En medio de todo, de lo poco que le daba,
De las historias ingratas y de sinsabores,
De mi lejana certeza de amores perdidos,
En medio de discusiones y de su razón.

De ella aprendí a amar,
A ver las nubes de mil colores,
A sobrepasar los senderos de mis propios miedos,
Y caminar entre abrojos sabiéndome lastimado.

De ella aprendí,
A caminar de la mano, confiando en las suyas,
A mirar en los otros mil posibilidades,
A descubrir un talento que se guardaba oculto,
Y a expresar sin medidas verdades aparentes.

De ella aprendí todo,
Lo que es y no es,
Lo que ves y está oculto,
El amor entre páginas de viajes lejanos,
Que en rencuentros se enlazan y se fortalecen.

De ella aprendí que no hay mayor amor,
Que el de una madre que entrega su vida,
Las primaveras de sus mejores años,
Como campo florido para que reposen tranquilos
Las eternas flores que su vientre engendró.

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