Te invito a mi mundo de colores,
De arcoíris celestes y mil paraísos,
Con flores resplandecientes y de cien mil matices,
Entre finos manantiales con aguas celestes.
A la fiesta de tus ojos y mi sonrisa al verte,
Entre el radiante rayo de tu dulce mirada,
Que enloquece mis sentidos y los deja enceguecidos,
Mientras penetras con tus rayos mi corazón amante.
Al poema que se escribe entre las nubes del cielo,
Ese que empieza con tu nombre que me es prohibido,
Que se escribe con la sangres de los más sagrados dioses,
Entre musas del Olimpo que me dibujan tu rostro.
Y al espacio creado sólo para los dos,
Ese mismo que no conoces, pero te lo imaginas,
El que sueñas ya despierta cuando estás a mi lado,
Y descubres en un beso que se sale de mi boca.
Te invito a mi mundo que es de colores creado,
En un mundo que mítico se pinta casi mágico,
Entre corceles dorados y algunos unicornios,
Y un trono que te espera como la más bella diosa.
Sólo deja que te lleve a la fiesta que te tengo,
Por la música que inspira esas bellas mejillas,
Entre el contonear de tus caderas que enloquecen mi mirada,
Y el palpitar de corazones que no saben controlarse.
A ese sitio escondido donde no pueden mirarnos,
Donde nada es prohibido entre tus dulces caricias,
Mientras nadando en pasiones nos volvemos eternos,
En el regazo del Olimpo que nos acoge enamorados.
Te invito a mi mundo creado de colores,
De tus sueños y los míos, con la luz de tus ojos,
Esos mismos que trazados entre finos poemas,
Se ha hecho más dulce que una bella melodía.
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