Quédate mirando la luna,
en una noche de primavera,
que entre las azucenas
vuelan miles de estrellas finas.
Quédate mirando hacia el cielo,
donde se encuentra la luna nueva,
que entre tanto yo tejo al viento
una canción en melancolía.
Quédate entre las praderas,
entre los montes y dulces aguas,
mientras yo clamo por finas luces
que me lleven a las celestes.
Quédate esperanza contemplando,
lo que algún día es posible,
mientras el mundo desplomado
abre para mi sus fauces.
Quédate mirando, no pares,
no te marches donde quizá no te encontraré,
y si caminas, hazlo sólo a mi lado,
para jamás poderte perder.
Quédate, y prometo continuar,
posándome a tu lado sin parar,
mirando las estrellas que se marchan,
cuando llega la luz de un nuevo sol.
en una noche de primavera,
que entre las azucenas
vuelan miles de estrellas finas.
Quédate mirando hacia el cielo,
donde se encuentra la luna nueva,
que entre tanto yo tejo al viento
una canción en melancolía.
Quédate entre las praderas,
entre los montes y dulces aguas,
mientras yo clamo por finas luces
que me lleven a las celestes.
Quédate esperanza contemplando,
lo que algún día es posible,
mientras el mundo desplomado
abre para mi sus fauces.
Quédate mirando, no pares,
no te marches donde quizá no te encontraré,
y si caminas, hazlo sólo a mi lado,
para jamás poderte perder.
Quédate, y prometo continuar,
posándome a tu lado sin parar,
mirando las estrellas que se marchan,
cuando llega la luz de un nuevo sol.
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